I`ve got blisters on my fingers.




El sí de las niñas.

Rascacielos.

3.3.11

- Mick, enserio, olvidame.

Guardó el movil en el bolsillo de sus tejanos y siguió como si no hubiese pasado. Entro al antro de mala-muerte donde habían yonkis, "rockers" jugando al billar, hevies, y algunos viejos, pero todos con algo en común: no le quitaron la vista de encima desde que entró. Una básica blanca por encima del ombligo, un chaleco y una chupa acorde con las botas que sobresalían de los tejanos desgastados.

- Ponme un trago.

Liv, con los codos apoyados sobre la grasienta barra, miraba hacia los lados.

-De parte del tipo de la gorra.

Tyler miró al espejo que había frente a ella y busco por detrás. La última mesa, pegada a la esquina derecha de la entrada. Se acercó por detrás y la cogió de la cintura bajando la mano hasta el interior del muslo.

-Donde coño te habias metido.- Se levantó y se sentó en una mesa alejada, le encantaban esos sillones rojos.

-¿Aun te pasas la vida en este lugar?

- No me lo puedo creer, Liv Tyler ha venido a buscarme.

-Nate, necesito tu ayuda.

-¿Me sigues amando o que esque tu último corazón roto ya se ha desgastado?

- Ambas cosas.

4 comentarios:

P. dijo...

ains pero que monos, que monos, que monos... :) vivan los antros de mala muerte.

Duna Loves dijo...

Oooh
Cómo nos gusta tener a alguien que nos lime las esquinas de nuestro corazoncito desgastado, aunque haya que ir a buscar a ese alguien al último antro del planeta :)

poetadebotella dijo...

historias de bares extraños...me ha recordado a la típica taverna americana! jaja
muah!

mlle.Chen dijo...

cuando el corazón se rompe varias veces, ya no hay nada que hacer.

unbesito:)