I`ve got blisters on my fingers.




El sí de las niñas.

Rascacielos.

13.3.11

Y entonces cogió y delante de sus narices, agarró a su chico de la cara y lo besó de tal manera que cualquiera habría deseado estar en su lugar. Lo tocó, lo puso como una autentica bestia mientras el muerto viviente se llenaba de ira. Frente a Cristina, no lo podía soportar. O lo mataba a él o la mataba a ella; porque él, desde el día en que la conoció, ya había firmado su condena.

3 comentarios:

Duna Loves dijo...

Me gustan esos besos :)

While dijo...

(pero como me gusta ella)

Anónimo dijo...

¿Y por qué no pegarse un tiro? Como decía Jim Morrison: "La vida duele, con la muerte acaba el dolor".
Antes que privar a nadie de su vida deberíamos tener el valor de privarnos de la nuestra.