Miércoles, 12 de Agosto de 1998.

11.57 PM.

Noche de Verano.


-Jaime esta en la puerta. Es casi media noche, no tardes en recogerte.

Eme salió a la puerta de su casa, y lo vio sentado sobre el borde de la piscina, pasando suavemente la palma de la mano sobre la fina capa de agua. A ambos les gustaba hacer eso, formaban ondas.


-¿Vamos a dar un paseo? Hoy casi no hemos pasado tiempo juntos.


-Vale.


Eme cerró la puerta tras de sí y siguió a Jaime. Bajaron la corta calle que conducía a la playa mientras se sacudían el agua que les había quedado en una mano. Al llegar, ambos se dirigieron hacia un punto de la playa, alejado un poco de la orilla, y casi pegado al descampado de detrás. Un punto cualquiera, en el que ellos siempre se sentaban a hablar, a jugar, e incluso de vez en cuando, hacían el cuadernillo de verano juntos. Eme no necesitaba ayuda con los deberes, pero le gustaba que Jaime le ayudase; y a Jaime, le gustaba ayudarla.

Se tumbaron en la arena, uno hacia cada lado, pero con las cabezas pegadas.


-Bueno, que has hecho hoy.


-Pues he bajado a la playa y he cazado un pez.


-Se dice "He pescado un pez"; no "he cazado un pez".


-En ese caso; he pescado un pez en las rocas; y también he jugado al baloncesto. Tu que has hecho en todo el día. No te he visto.


-He ido a dar un paseo con mi tío.


-¿Y mañana que haremos?


-Podríamos pasear en bici por el descampado y buscar lagartijas.


-Hagamos una batalla de bolas de arena.


-Lo que quieras. Los días de verano son muy largos, nos da tiempo ha hacerlo todo.-Dijo Jaime al tiempo que se levantaba.


-Me encanta estar contigo; hacemos siempre de todo.


-Si, somos unos buenos amigos. Esperemos que siga así.


-¿A qué te refieres, Jaime? Claro que seguirá así. Jamás dejaremos de ser amigos.


-De eso hablaremos en unos años, cuando seamos algo mayores.


-Pero si solo me sacas año y medio.


-Por eso, cuando crezcamos. Aún no has cumplido los 7.De los 6 a los 8 quizás haya un largo paso.