- ¿¡Te has vuelto realemente loca, verdad?!

- Al menos me podrías preguntar que tal me encuentro.

- Pero Alicia, que coño estas diciendo. A Sandra le falta medio cabello, y casi le partes una pierna.

- Y a mi me ha partido una ceja y el labio y me ha dejado todo el cuerpo marcado. Además, que es la mierda que me estas poniendo; escuece demasiado.

- Alcohol, a ver si se te desinfectan las heridas, burra. Pero, Dios, esque no me entra en la cabeza. ¡Cómo narices llegasteis al punto en que os tubiesen que separar! ¡Que pensabas, ¿matarla?!

- No exageres, apenas la toqué. Además, ella fue la que empezó. Me miró de arriba a abajo, solo le faltó escupirme.

- A, claro. Ella te mira y tu la coges por detras del pelo y la hinchas a ostias, ¿no?. Dios, Alicia, Sandra es una buena persona, dejala en paz de una puta vez.

- Tranquilo, tiene un ojo morado almenos para una semana; un mechón de pelo menos; su mejor vestido roto; me estas curando a mi, no a ella; y no has pronunciado la palabra "novia" ni una sola vez en toda la conversación. Ya no tengo nada que envidiar a esa zorra.