Quizás si... dejásemos de lado por un momento, todas aquellas cosas que, realmente nos resultan importantes, nos daríamos cuenta de cómo tratarlas, porque... al fin y al cabo, nosotros mismos, por una parte, no somos quienes fijamos nuestro destino; sino esos detalles, esos placeres.
Aquellos videos de la infancia, y los amores que tanto nos dolieron en la adolescencia. Los momentos, los nuevos olores descubiertos; los cuadros grabados en la piel, y los archivos, condenados a la hoguera, de aquellos días de verano. Y pensar, detenidamente, que cuando aún se es joven, se paga por olvidar; y cuando ya se es mayor, todo un peregrino, darías una vida entera, por solo volverla a recordar.
3 comentarios:
Cuando más vive uno, más consciente se hace de los que le rodea y más añora no saberlo.
me gusta tu blog de rascacielos... y el texto estoy totalmnt d acuerdo...
Te sigo,me sigues?
Así es tienes toda la razón ...buen blog y mi poema favorito de Sabina! gracias.
Val
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